No sé a tí, pero al menos a mí si me pasa que de repente no sé bien que curso toman las cosas, mis cosas. Y eso una vez más, me pone a pensar en el sentido de ellas. La sociedad de hoy en día nos dice como hacer todo, pero somos tantos individuos en el mundo que no es posible seguir las reglas al pie de la letra. Siempre escuchamos o vemos por ahí que alguien hizo tal o cual cosa de forma diferente, tal vez le salió o no, pero lo hizo. Es momento de que yo sa quien cambie el orden de las cosas.
Hace unos días, un amigo me pasó una foto muy buena, que se adapta a la perfección a ésto. Pensemos que somos como libros, no importa el grosor del lomo, pues vamos agregando las hojas cada día. En teoría comenzaría con un prólogo, después una introducción, el desarrollo de nuestro tema, la conclusión y al final, un epílogo (eso a grandes razgos). Me parece que yo sí tuve un prólogo, pero no puedo decir lo mismo del resto, nunca he hecho las cosas de la manera que se supone deberían hacerse y la verdad es que no se si me interesa hacerlo.
Creo que ya sé que tipo de libro sería, hace mucho tiempo leí unos libros de Indiana Jones en el cual al terminar un capítulo tienes la opción de escojer a que capítulos ir e ir formando la historia, como "Rayuela", de Julio Cortázar (muy bueno por cierto). ¡No más reglas!, escribiré mi libro con un lápiz tinta negra y lo firmaré con una pluma de grafito.
Al final del día me parece que no importa si nuestro libro comienza con un prólogo y termina con un epílogo, hay veces que los capítulos no tienen numeración continua y no lo necesitan. Lo importante es que cuando el anverso sea lo que quede viendo arriba, alguien al leerlo lo vuelva a cerrar con una sonrisa.
Hace unos días, un amigo me pasó una foto muy buena, que se adapta a la perfección a ésto. Pensemos que somos como libros, no importa el grosor del lomo, pues vamos agregando las hojas cada día. En teoría comenzaría con un prólogo, después una introducción, el desarrollo de nuestro tema, la conclusión y al final, un epílogo (eso a grandes razgos). Me parece que yo sí tuve un prólogo, pero no puedo decir lo mismo del resto, nunca he hecho las cosas de la manera que se supone deberían hacerse y la verdad es que no se si me interesa hacerlo.
Creo que ya sé que tipo de libro sería, hace mucho tiempo leí unos libros de Indiana Jones en el cual al terminar un capítulo tienes la opción de escojer a que capítulos ir e ir formando la historia, como "Rayuela", de Julio Cortázar (muy bueno por cierto). ¡No más reglas!, escribiré mi libro con un lápiz tinta negra y lo firmaré con una pluma de grafito.
Al final del día me parece que no importa si nuestro libro comienza con un prólogo y termina con un epílogo, hay veces que los capítulos no tienen numeración continua y no lo necesitan. Lo importante es que cuando el anverso sea lo que quede viendo arriba, alguien al leerlo lo vuelva a cerrar con una sonrisa.