lunes, 16 de junio de 2008

Ni Jaime Sommers, Steve Austin o Sonny

Siempre he pensado que no existe máquina más perfecta que el cuerpo humano. Estamos "construidos" impresionantemente bien. Poseemos sistemas complejísimos, cada sistema tiene subsistemas para que el principal funcione a la perfección, cada subsistema posee elementos sin los cuales éste se vendría abajo y por consecuencia el de nivel superior y el del nivel superior también, hasta causar un mal funcionamiento general, que puede causar desde una pequeña enfermedad hasta la muerte.

El conjunto de todos estos sistemas nos vuelven una máquina perfecta. Si fuéramos una vil computadora, tendríamos el hardware ideal, el que no caduca, el que se actualiza solo y que se mantiene al día. Con un disco duro ilimitado al cual le cabrían toneladas de información, me río de los Terabytes (1 Terabyte = 1000 Gigabytes). Y la prueba más fiel de ésto es que el hombre fabrica máquinas cada vez más precisas, cada vez más exactas, cada vez más autosuficientes... Cada vez más parecidas al humano mismo.

Sin embargo no podemos decir lo mismo del software, de los programas que le instalamos a la computadora, de los archivos que guardamos y los virus que le metemos. Por que podemos tener la supercomputadora más grande y poderosa del mundo dentro de nuestra cabeza, pero con virus... no sirve.

Y es que hace unos días platicaba con unos amigos acerca de las cosas en las que me he metido por internet y otras que desgraciada y afortunadamente me ha tocado ver. Es horrible pensar en como hay personas cuya percepción de las cosas está un poco distorsionada. Y no es que yo tenga la razón universal, definitivamente no. Yo aplaudo a la diversidad, es lo que nos vuelve realmente humanos, sin embargo muchas de las filias (o tendencias) van en contra de la integridad física y psicológica del ser humano, y vamos, que afecte sólo a la persona que las tiene no hay problema, pero cuando afecta a terceros, es cuando se sale de toda proporción, pero bueno, es sólo mi forma de pensar.

Tenemos capacidades infinitas, con esa facultad fuimos "creados", ya sea que pienses que Dios te colocó en el planeta tal y como eres hoy por hoy, o que esa maquinaria la hemos perfeccionado a través de la evolución (y que aún no terminamos de perfeccionar, pues nos falta mucho camino por recorrer para alcanzar nuestra máxima capacidad, y aunque estaría genial que viviéramos para verlo, desgraciadamente somos sólo un pestañeo en el paso del tiempo).

Intentemos aprovechar esas habilidades que tenemos, pues tal vez no podemos volar, saltar más alto que un edificio o correr más rápido que una bala, pero sí podemos aprender a aprovechar las cualidades únicas que nos da a cada uno de nosotros nuestras máquinas perfectas, nuestros cuerpos, que a pesar de tener el mismo funcionamiento cada quien lo hace funcionar diferente.